chica con ansiedad mirando botella de alcohol

ALCOHOL Y ANSIEDAD: MALOS AMIGOS

¿Sabes que el alcohol no te ayudará en nada si sufres de ansiedad?

Muchas personas toman alcohol para relajarse, divertirse o socializar pero desde luego, no es una buena idea: a medio plazo, el alcohol siempre tendrá efectos negativos sobre la salud mental.

El alcohol como causa de ansiedad

El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central, lo que significa que reduce la actividad de las neuronas y altera el equilibrio de los neurotransmisores, que son las sustancias químicas que transmiten los mensajes entre las células nerviosas.

Algunos de estos neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina y el GABA, están relacionados con el estado de ánimo, la motivación y la relajación.

Cuando consumes alcohol, estos neurotransmisores se liberan en exceso, lo que produce una sensación de euforia, desinhibición y bienestar.

Ahora bien, este efecto es temporal y se revierte, causando ansiedad, cuando el alcohol se metaboliza y se elimina del organismo.

Me has entendido: estás bien, bebes demasiado y luego, cuando sales del estado de euforia, te sientes mal.

Dicho esto, no olvides: el alcohol afecta también al funcionamiento de otras partes del cerebro, como el hipocampo, la amígdala y el córtex prefrontal, que están implicados en la memoria, el aprendizaje, el procesamiento emocional y el control de los impulsos.

El alcohol como agravante

El alcohol no solo causa ansiedad, como acabo de explicar, sino que cuando tienes, también la empeora.

Te explico.

Por un lado, el alcohol suele aumentar la exposición a situaciones estresantes que pueden desencadenar o reforzar la ansiedad.

Por otro lado, interfiere con la psicoterapia. Por ejemplo, dificulta la toma de decisiones (fundamental en mi Programa Ansiocida), ya que impide la concentración, la reflexión, la autoobservación y la autoevaluación.

Dicho todo esto, el alcohol puede crear una dependencia psicológica, en la que la persona cree que necesita beber para sentirse mejor o para enfrentarse a sus miedos, lo que refuerza el círculo vicioso de la ansiedad y el alcoholismo.

El alcohol como alivio de la ansiedad

Algunas personas beben para aliviar su malestar. Sí, es muy frecuente. Esto se debe a que el alcohol tiene un efecto ansiolítico, es decir, que reduce la ansiedad.

El alcohol puede ayudar a la persona a relajarse, a olvidarse de sus problemas, a sentirse más segura, a expresarse mejor o a divertirse más.

Evidentemente, esto puede ser especialmente atractivo para las personas que sufren de ansiedad social, que es el miedo a ser juzgado, rechazado o humillado por los demás, ya que el alcohol suele facilitar la interacción social, al disminuir la timidez.

Ahora bien, el alcohol no es una solución real ni duradera para la ansiedad, ya que solo enmascara los síntomas, sin eliminarlos ni resolverlos.

En realidad, el alcohol suele empeorar la ansiedad a largo plazo, al generar dependencia, tolerancia, abstinencia, daño cerebral, problemas de salud, sociales, familiares y laborales.

Por eso, el alcohol no es un buen aliado para las personas que sufren de ansiedad, sino todo lo contrario.

En definitiva, el alcohol y la ansiedad tienen una relación compleja y peligrosa.

Ten claro que beber alcohol no es una forma de enfrentar la ansiedad, sino una forma de agravarla y perpetuarla. Por eso, lo mejor es evitar el consumo de alcohol.

Si en estos momentos estás bebiendo de manera habitual, busca ayuda profesional lo antes posible.

Debes tratar tu dependencia al alcohol de forma adecuada antes de tratar tu ansiedad. Solo así podrás empezar a mejorar tu calidad de vida.



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